La Macarena
En sus calles se mezclan corrales de vecinos, viviendas humildes y unifamiliares, con parroquias mudéjares sucesoras de mezquitas, conventos y palacios.
Los barrios del norte del casco histórico, limitados por la muralla y por la calle Feria, se configuran como un complejo viario con una red irregular de calles de raíces islámicas. En ellas se mezclan corrales de vecinos, viviendas humildes y unifamiliares, con parroquias mudéjares sucesoras de mezquitas como San Marcos, Santa Marina o San Gil, conventos como el del Socorro, Santa Isabel o Santa Paula o palacios como el del Pumarejo, los Marqueses de Algaba o el de las Dueñas. Son calles que han vivido insurrecciones populares como la del Pendón Verde en 1521 o la del Motín de la calle Feria en 1652 y que constituyeron la llamada Sevilla la Roja a principios del XX y que hoy mantienen un sabor añejo y popular. Son las calles por donde ríe y llora cada madrugada del Viernes Santo la hermosura de la Esperanza Macarena.