La Vía de la Plata

Su calificativo se derivaría del término árabe “bal latta” o del latino tardío “delapidata”, expresando ambos el carácter empedrado de la calzada.

La Vía de la Plata ocupa un pasillo natural entre la Sierras Norte (Sevilla) y la de Aracena (Huelva). Su denominación se vincula con la calzada romana que unía Cádiz con Astorga. Su calificativo se derivaría del término árabe bal´latta o del latino tardío delapidata, expresando ambos el carácter empedrado de la calzada. En su paisaje diverso, tienen lugar propio las dehesas, donde se crían reses bravas y surgen cortijos de sobria arquitectura. La Ruta de la Plata disfruta de una amplia diversidad cinegética: jabalíes, ciervos, zorros… Ello le hace ser un destino deseado para el cazador. Tienen interés los cortijos que se encuentran en la comarca, como la del Esparragal en Gerena o Torre la Reina en Guillena. El nombre de este último procede de la reina María de Molina a quien perteneció.